Es nuestra casa
el lugar de inicio
y donde miramos el fondo
de nuestro porvenir
durante un lapso dorado jugamos
mientras el tiempo se hincha
crecemos sobre una tierra de muchas
voces
después
parimos los ritmos de cangrejo
y las emociones fallidas.
Una casa se levanta todos los
días
abre sus ventanas al gañido de la
calle
trata de calcular su futuro
conservando la rosa silvestre
y la basura adecuada
es su interior un río
a veces tranquilo, a veces
revoltoso
somos en él una barca a la deriva
jugamos sobre el agua
algas, barro, gaviotas
señalan la vida alegre
sin embargo
carga
el hombre
una casa sobre su espalda
y nunca sabemos qué hacer
con el dolor
y decidimos cuidarlo
como se cuida a un niño enfermo
muchas veces
nos equivocamos para seguir.