Hace unos meses creció una
enredadera. Un amigo que la vio me dijo: “K., es fea”. A mí me gustaba que
hubiera salido de un lugar sin posibilidades.
Me gusta tener plantas en mi
terraza, las tengo en una pequeña celdita cuadriculada, que es en realidad un
espacio asignado para colgar la ropa que uno lava en su baño, en la cocina o en
los piletones que hay en la terraza. Bien. Lo que quiero contar es dónde nació
la enredadera. Tuve una pequeña huerta a inicios de la primavera pasada. Empecé
a plantar semillas y plantines en recipientes de todo tipo: vasitos de
telgopor, botellones de agua mineral, también en macetas pero hubo un
recipiente que reutilicé (porque tenía un agujero), un fuentón de esos de
plástico que se usan para la limpieza, bueno aquí es donde quedó un poco de tierra
y donde creció la enredadera. Hoy subí para regarla y me sorprendió con dos
flores enormes en forma de campana, son de un color que no puedo definir, es la
primera vez que veo una tonalidad como esa creo que vi un azul pero también un
lila y un violeta hasta un rosado. Algo indefinido. Como la belleza, pensé.
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