se mantienen quietas
hasta que decidimos jugar.
Elegimos primero una azul
pero en un movimiento torpe
rueda una pelota amarilla.
Somos jugadores improvisados.
Llegamos a la casa por la siesta.
Boedo brilla
en rojo y azul
los gatos desconfían de nuestros
pasos
y huyen
buscando la seguridad
de la casa.
Jugamos en la terraza
el aire es frío y corta,
deja ardiendo la piel
cuando jugamos
no pensamos más que
en el desafío
y en el adversario
miramos al otro
cuidando de no mostrar demasiado
jugamos como chicos
es domingo
y el alcohol nos pone vidriosos
nos reímos,
la tarde avanza como una lombriz
hace un relieve sinuoso
sobre nosotros
que jugamos distraídos
que improvisamos.
El sol se empieza a sentir
A. se quita el abrigo
una ronda de tres
la pelota hace dibujos en el
suelo
triángulos, líneas rectas
pura geometría
nos gusta el vértigo
estudiar los ángulos
que contienen las cosas
y las conversaciones.
Hacemos un largo viaje para encontrarnos
y jugamos siempre el mismo juego
es como el camino
que siempre es el mismo
no hay peligro, tampoco seguridad
nos miramos y reímos
fuimos forzados a ser sombríos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario