lunes, 22 de abril de 2013


Nos movemos
por las olas del dulce naufragio familiar
hoy el sol es blanco
y la casa se inundó con el olor de tus tostadas,
de tu leche caliente.
El sonido de tus pasos
me hace pensar en otros
y en ese mal que no tiene por qué
te miro y veo
en el trabajo que nos pone la soledad.
Me hundo entre las sabanas
queriendo no despertar, siempre,
a la madrugada
y tener que hurgar en las conversaciones ajenas:
no estarías de acuerdo en escuchar
lo que los otros dicen
pero -pienso-
la curiosidad desconoce de motivos.
Nuestra preciosa educación
No pudo
con el deseo mejor guardado
no entendimos
la lección más satisfactoria del amor
obedecimos
y la perfección en nuestro trabajo
es ese hijo que negamos
y el culto por los amores estériles.

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